De que informa la etiqueta energetica

Monitores de calificación energética de la UE
El principal impulsor de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) es la producción y el consumo de energía. En este contexto, uno de los principales objetivos de la política energética de la UE (Comisión Europea, 2008) es aumentar la eficiencia energética (EE) de los productos relacionados con la energía.
La política más utilizada en la UE son las etiquetas energéticas. Están diseñadas para destacar la EE de los productos que consumen energía. Proporcionan información sobre el consumo de energía, sobre el posible uso de otros recursos (por ejemplo, el agua) y sobre los niveles de confort del producto (por ejemplo, el nivel de ruido). Para que un sistema de etiquetado energético sea eficaz, los consumidores deben reconocerlo, comprender la información que ofrece, confiar en la etiqueta y considerarla útil.
Bajo este contexto, entre febrero y julio de 2018 se ha llevado a cabo un experimento de campo para comprobar la efectividad de un sistema de etiquetado monetario en los comercios de España. El experimento incluye tres categorías de productos: lavadoras, frigoríficos y lavavajillas.
Etiqueta energética Atg
La etiqueta clasifica los productos de verde oscuro (más eficiente) a rojo (menos eficiente). La etiqueta también muestra el consumo total de energía y otra información relevante para el producto: el tamaño de la pantalla en el caso de las pantallas digitales.
El sistema de etiquetado energético se introdujo por primera vez en 1994 y se amplió en 2004. Se implantó para ayudar a los consumidores a elegir productos más eficientes energéticamente y ha contribuido a impulsar la innovación en tecnologías más eficientes.
La tecnología ha avanzado mucho desde entonces. La tecnología moderna es muy eficiente desde el punto de vista energético en comparación con la introducida hace 20 años. De ahí la necesidad del cambio. El propósito es simplificar el etiquetado, pero a corto plazo puede causar cierta confusión.
Inicialmente, la escala de clasificación iba de la A (más eficiente) a la G (menos eficiente). Pero a medida que los fabricantes introducían productos cada vez más eficientes desde el punto de vista energético (el resultado deseado), la banda más eficiente se fue poblando en exceso, lo que hizo necesario crear bandas adicionales, A+, A++ y A+++.
El nuevo sistema devolverá la clasificación a la escala A-G, mucho más sencilla, lo que significa que un producto que antes tenía una clasificación A+++ pasará a tener una clasificación B. La nueva banda A, de momento, permanecerá vacía para permitir una eficiencia energética cada vez mayor, lo que nos impulsará a todos a cumplir nuestros objetivos de sostenibilidad.
Significado de la etiqueta energética
La falta de información y el desconocimiento del consumo energético de los aparatos eléctricos son razones importantes por las que los consumidores compran aparatos ineficientes. Por ese motivo, la Comisión Europea puso en marcha la etiqueta energética de la UE hace casi 20 años. Su objetivo es informar a los consumidores sobre la eficiencia energética y otras características de los aparatos mediante un sistema de clases de eficiencia energética que van de la A a la G. Sin embargo, el sistema de etiquetado tiene algunos puntos débiles: La escala es relativamente estática e inflexible en relación con el progreso tecnológico en materia de eficiencia energética. La cantidad de información facilitada es escasa, dado el pequeño tamaño de la etiqueta. Las encuestas han demostrado repetidamente que, para muchos consumidores, la etiqueta es difícil de entender.
Para mejorar y avanzar en la difusión de información sobre eficiencia energética, la Comisión Europea patrocina el proyecto de investigación “Digi-Label”. El proyecto pretende desarrollar, verificar, probar y evaluar soluciones digitales que expliquen la etiqueta energética y proporcionen a los consumidores información adicional sobre los productos eficientes desde el punto de vista energético, por ejemplo, sobre los costes anuales de la energía y los niveles de consumo mensual. Entre las posibles soluciones figuran códigos QR en la etiqueta o pantallas táctiles colocadas directamente junto al producto. De este modo, la cuota de mercado de los electrodomésticos “top runner” de alta calidad y especialmente eficientes desde el punto de vista energético debería aumentar notablemente, disminuyendo así el consumo de energía en la Unión Europea. Además, el proyecto pretende proporcionar a minoristas y consumidores la información sobre eficiencia energética que necesitan y elaborar recomendaciones que ayuden a la Comisión Europea y a los legisladores nacionales a mejorar la etiqueta energética de la UE.
Índice de eficiencia energética
Aunque el Reino Unido ha abandonado la Unión Europea (UE), determinados actos legislativos (conocidos formalmente como “legislación de la UE conservada”) seguirán aplicándose hasta el momento en que sean sustituidos por la nueva legislación del Reino Unido; esto significa que seguirá viendo referencias a la normativa de la UE en nuestras orientaciones.
El Reglamento sobre información energética de 2011 y el Reglamento (UE) 2017/1369 por el que se establece un marco para el etiquetado energético se aplican a los productos relacionados con la energía que tienen un impacto directo o indirecto significativo en el consumo de energía.
Si vende determinados productos eléctricos nuevos a usuarios finales, debe mostrar claramente una etiqueta de eficiencia energética en el aparato y poner a su disposición una hoja de información sobre el producto en el folleto del producto o en cualquier documentación que acompañe al producto.
El Reglamento también se aplica al alquiler o la compra a plazos, así como a la exposición a usuarios finales (directa o indirectamente) por cualquier medio de venta a distancia, incluido internet. No obstante, es responsabilidad del proveedor* suministrar la etiqueta de eficiencia energética y la ficha de información del producto.